Qué es el Sharenting y por qué compartir las fotos de tus hijos no es gratuito.

Por Pilar Sayes

¿Qué sucede cuando la sobreexposición llega a los más pequeños? Día a día desde nuestros smartphones decidimos tomar registro y hacer público cada momento de nuestras vidas a través de las redes sociales. Es un hecho que nuestra intimidad ocupa un lugar central en el escenario digital.

“Sharenting” es el término que explica la práctica habitual de padres y madres que comparten fotos o videos sobre sus hijos en redes tales como Facebook, Instagram, Youtube. Su etimología proviene de la combinación de las palabras “sharing” (compartir) y “parenting” (crianza).

Toda la información que compartimos en nuestros perfiles puede ser utilizada por otros, desde las imágenes hasta los datos de geolocalización.


Esta problemática nos obliga a pensar en los usos de las tecnologías y las derivadas responsabilidades que debemos adoptar respecto a los mismos. En el caso de los menores de edad, si sus padres o madres no resguardan su privacidad, ¿Quiénes lo harán?


Dentro de los posibles riesgos del “Sharenting” hallamos el grooming o acoso virtual -que refiere a la nueva modalidad de abuso infantil-, el ciberbullying, es decir, ser objeto de bromas o memes, y el robo de identidad, entre otros.


En Argentina el artículo 31 de la ley 11.723 de Propiedad Intelectual dispone: "El retrato fotográfico de una persona no puede ser puesto en el comercio sin el consentimiento expreso de la persona misma y muerta ésta, de su cónyuge e hijos o descendientes directos de éstos, o en su defecto, del padre o de la madre”.

Siguiendo esta línea, un artículo publicado por Guillermo Navarro -abogado especializado en Propiedad Intelectual- plantea que esta ley “protege al menor que exprese su voluntad de no ser retratado y subida su información – datos – en redes sociales o en internet en general”. Esto quiere decir que los derechos a la privacidad de los bebés, quienes no cuentan con un intelecto desarrollado ni mucho menos pueden entender el concepto de “consentimiento”, están siendo vulnerados.


No tener perfiles públicos, no compartir fotos de otras personas o sus hijos, y evitar generar perfiles para menores de edad son algunas de las sugerencias.



¿Subimos imágenes de niños por el lado emocional o porque mercantilizamos con ellos?

La frase pertenece a Laura Baena, creadora de la Web MalasMadres.

En Argentina esta práctica ha sido ampliamente promovida por los íconos mediáticos tales como Marley -con su hijo Mirko-, Luciana Salazar -con su hija Matilda- y Flavio Mendoza -con su hijo Dionisio-. El perfil de Instagram de Mirko, administrado por su papá, cuenta con 4.2 millones de seguidores en Instagram y 710 publicaciones. Con tan sólo 1 año edad fue premiado por el Martín Fierro de Oro en la edición Digital.




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