El acceso a Internet es cada vez mayor, al igual que el acceso a la información. La proliferación de contenidos "amateur" crece a grandes pasos. Sin embargo, debemos saber cuidar nuestra reputación online.
Por Florencia Taborda.-
Parecería que estar fuera de las redes y no compartir información es estar en otra época. El uso y la circulación de información en redes sociales crece a pasos elevados. Sin embargo, lo importante es ver qué información manejamos y qué reputación tenemos en la red a partir de los datos compartidos.
Según un informe sobre
el Internet en Latinoamerica en 2012, Argentina se encuentra entre los 5
primeros países con mayor actividad en las redes sociales a nivel mundial. Además, la consultora ComScore, los argentinos pasan un promedio de 10,7 horas diarias navegando por redes sociales, siendo el país latinoamericano que le dedica mayor tiempo a estos sitios.
El uso de redes se ha ampliado a todos los sectores y dejó de ser algo personal. Hoy, la mayoría de las empresas poseen perfiles tanto en Facebook como en Twitter para mantenerse en contacto con los clientes y consumidores.
A partir de la circulación de información personal y nuestras creaciones en las redes, nace el concepto de reputación online, que es el "reflejo del prestigio o estima de una persona o marca en Internet". Esta reputación no está bajo dominio del usuario, sino que es fabricada por otros usuarios. De
esta manera, es importante desarrollar habilidades y conductas que nos permitan
estar dentro de las redes pero sin exponernos si no nos es necesario. Por ejemplo, en caso de que nuestra reputación online sea negativa, como primer medida deberíamos cerrar nuestros perfiles inapropiados.
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Periodismo Digital, Guillermo E. López.
Universidad Nacional de Quilmes, Argentina.
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