Por Ignacio Olguín.
¿Qué es un cubo? Para algunos, matemáticos de alma, el cubo es un poliedro de seis caras cuadradas congruentes además de un paralelepípedo, recto y rectángulo. Para nosotros, estudiantes de la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina), el Cubo es un concepto mucho más tangible: uno de los proyectos más extraños presentados en la Fiesta del Libro celebrada la semana pasada en nuestra Universidad.
La Fiesta del Libro, al organizarse simultáneamente al Foro Educativo, ha llenado los pasillos de notables presentaciones artísticas (desde talleres de música y danza hasta escultura y pintura en vivo) provenientes de diversos colectivos artísticos.
El Cubo se instaló -debido a la tormenta del día inaugural de la Fiesta- en el gimnasio de la Universidad. Se trataba de una instalación de forma cuadrada y paredes blancas, diseño minimalista decorado con el logo del emprendimiento. En la entrada, una de las chicas del grupo invitaba a la gente a pasar a su interior. Dentro, en un ambiente oscuro, el público se sentaba a escuchar una narración (proyectada a través de unos parlantes en las esquinas) producto de la improvisación por parte del director junto con musicalización original. Además un grupo de ayudantes golpeaban durante la acción las paredes para generar un efecto de movimiento sorpresivo y descolocante.
El objetivo de El Cubo es según sus creadores generar un estado en el público un estado de exacerbación sensorial, en el cual cada uno pueda prestar atención a los sonidos particulares e imaginar e interpretar lo que oye de un modo particular y personal.
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