Tarde Baby, la última serie de Malena Pichot


El mundo se acabó por culpa de las feministas. Cuatro sobrevivientes se replantean los errores mientras buscan el paraíso: un lugar manejado por mujeres en el que los motoqueros son pasteleros.




El 15 de marzo del año pasado se estrenó Tarde Baby en el canal de Yotube de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, quien al ser consagrada por licitación como canal oficial, aporta parte de sus ingresos a la producción de series y miniseries. Fue realizada íntegramente por mujeres, con Malena Pichot como productora y directora. La serie web tiene el valor de la anticipación: cuando fue filmada el aborto no estaba en la agenda de los medios de comunicación. Los ocho capítulos de quince minutos son una sátira por momentos grotesca y  a veces sutil de la sociedad en general y del feminismo en particular.

Malena Pichot, Charo López, Ana Carolina y Vanesa Strauch interpretan a cuatro mujeres que se salvaron del apocalipsis feminista provocado por una sobredosis de libertad sobre sus cuerpos, mientras se replantean los errores que desembocaron en el trágico final y manejan un motorhome en busca del paraíso perdido: un lugar administrado por mujeres en el cual los motoqueros hacen lemon pie. “¡No sé qué hacer con tanta libertad sobre mi cuerpo, no puedo soportarla. Voy a extirparme los ovarios y el útero porque ahora puedo!”, exclama una mujer mientras corre por la calle.

Además del aborto, el rol de la Iglesia es un tema central: la Srta. Bimbo encarna a la villana de la serie, una monja delirante con tiene tres hijos, que quiere impedir que obtengan el mapa del paraíso y las acusa de asesinas de bebés. El rol de los medios de comunicación como propalador de la sociedad patriarcal también es satirizado cuando parodian a Polémica en el Bar y a un reality show en el que tres mujeres compiten por ser la esposa de un futbolista en decadencia. El macrismo tampoco se salva de la crítica.

 La serie web pone sobre la mesa debates históricos y actuales del feminismo aunque corren el riesgo de hacerlo con un lenguaje cerrado que no gana nuevos espacios sino que se limite a mantener los propios. Además, y aunque se hagan cargo explícitamente las intérpretes y autoras, la crítica interpela a un feminismo blanco, heterosexual y de clase media a juzgar de las problemáticas que ironiza. Por muchos momentos la risa le gana a la reflexión.

Tarde baby ya obtuvo más de 1 millón de visualizaciones en total y Pichot ya está planificando una nueva serie web.

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