Una reflexión ética

La ética es un terreno pantanoso, que pertenece al ámbito de lo moral. Estas cuestiones muchas veces no están estipuladas por ley y por lo tanto obedecen a cuestiones mas subjetivas; la falta de moral o ética no es un crimen pero sí debe (y de hecho lo hace) recibir sanción social. En ciertos países existe una matricula y es necesario estar inscripto en el registro para poder ejercer como periodista; pero no es el caso de Argentina. En nuestro país no existe un código de ética periodística, y el estatuto que la profesión es la 12.908, pero es mas bien es un marco de regulación para el trabajo. 



Se entiende que el periodismo es necesario para la construcción de una ciudadanía y una fuerte democracia; el pueblo necesita estar informado, y necesita que la información que se le brinda sea, por lo menos, transparente. Durante los primeros años del periodismo en Argentina, los medios (primeramente los diarios) eran tomados como tribunas de adoctrinamiento, donde sus dueños privados volcaban sus discursos. Un periodismo militante. A medida que se fue profesionalizando la práctica se abandonó esta posición para adoptar una pretendida "objetividad"; la subjetividad quedaba destinada a la sección editorial. El problema fue que detrás de esta posición seguían los mismos intereses ocultos, construyendo discursos que tampoco tenían mucho de verdad. Cambió el lenguaje, cambiaron las formas y las prácticas; pero la objetividad siguió sin aparecer. 

Estamos frente a un dilema mucho mayor, que es el del derecho vs el mercado. 

En la Argentina de estos últimos tiempos se vio, desatada por un conflicto entre el gobierno y diferentes sectores del campo, una polarización en la opinión pública sobre estos medios: el famoso "Clarín miente" y las dudas sobre los discursos de los medios oficialistas. Hoy en día, como consecuencia de esta polarización, cada sector elige a que medio creerle y a que medio no. Está claro que la posición "objetiva" derivó en un vicio que llevó a la población a desconfiar de sus propios medios. No es un dilema solamente regional, ya que estas luchas por el capital simbólico de "la verdad" en los medios se están llevando a cabo en todo el mundo. Cuando un medio destinado a brindar un servicio se convierte en una empresa que trata la información como mercadería; y que planifica la información que brindará para que esté alineada con los intereses que defiende esa empresa, es muy difícil conseguir un punto de vista al menos profesional. Estamos frente a un dilema mucho mayor, que es el del derecho vs el mercado. 



Lo cierto es que la objetividad no existe y la paradoja es que se ve un retroceso nuevamente hacia lo antes nombrado como periodismo militante, con posiciones casi explícitas entre los diferentes medios y periodistas. Entonces, entre todo este embrollo, ¿como atenerse a una ética profesional? Creo que la principal necesidad es, en un principio, brindar información fidedigna y verificable, para que después la ciudadanía la pueda interpretarlos haciendo una lectura propia, y aplicar sanciones a quienes falseen datos y publiquen antes de chequear las noticias. También es necesario el respeto y el resguardo de la información privada de los ciudadanos y la protección de menores antes la exposición mediática. Luego de estas primeras cuestiones esenciales se puede avanzar hacía practicas menos amarillistas y también una educación del consumidor de medios. 
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