Ser ciudadano en la era digital






En los últimos años, Internet se ha convertido en una protagonista privilegiada de cada acto electoral. Un relevamiento que ya tiene un par de años señalaba que en Argentina, los usuarios pasaban un promedio de 24 horas al mes conectados desde sus teléfonos celulares, ocupando el segundo lugar de Latinoamérica siguiendo a Brasil que se llevaba el primer puesto con 35 horas. Y la tendencia es creciente. Casi todos los políticos de nuestro país tienen su propio canal de youtube en un muy efectivo modo de acercar a los votantes más jóvenes. Ya no alcanza con la televisión, es preciso sumar pantallas. 

Ya no alcanza con la televisión, es preciso sumar pantallas

Celulares, tablets y computadoras completan el cuarteto y un  modo eficiente de uso es hacerlas complementarias. Los espacios de tv apoyados por una presencia online, por ejemplo, permiten alcanzar públicos más vastos y adicionar mensajes en múltiples formatos, evitando según algunos la saturación. Provocándola dirán otros.
 Más allá de opiniones, se ha demostrado en los hechos que el acceso a los votantes por varios o mejor por todos, los flancos mediáticos posibles, puede ser la clave del éxito de cualquier campaña política. Si la escala es hacia la presidencia de la República, los esfuerzos se redoblan y las herramientas se multiplican en todas las pantallas. Así, la red de anuncios de Google Display permite ampliar casi al infinito la posibilidad de llegada y lograr además un ajuste de gran eficiencia al permitir conectar al candidato con audiencias específicas y acercar el mensaje a los intereses de ese público mientras que ADWords permite discriminar a al audiencia por región o localidad.



Otro modo de ir al encuentro de votantes es utilizar las llamadas estrategias en la búsqueda o enlaces de sitios remarketing, que permiten enviar anuncios a personas que ya visitaron un sitio cuando estas vuelven a la web.
Todos hemos sido destinatarios o víctimas de ese recurso cuando una vez que buscamos un producto, recibimos ofertas similares sin pedirlas ni buscarlas, que simplemente aparecen y nos acompañan por cierto tiempo, hasta que otra búsqueda se hace más relevante

Un ejemplo modélico del uso de herramientas web durante una campaña política ha sido, sin duda, el de las elecciones que en 2012 llevaron a Obama a la presidencia de EEUU, quien entre otros muchos recursos,  se valió de un canal de Youtube que llegó a a realizar transmisiones en directo, subir hasta 3 videos diarios y alcanzar casi 3 millones de reproducciones. La segmentación del público fue en este caso la clave del éxito.
Sin embargo, el uso de las redes sociales para las campañas electorales no es del todo bien recibido y hasta ha llegado a ser manifiesto el fastidio de los usuarios de facebook o twiter  que sienten que en este caso, se trata de una intromisión a su privacidad.
En ocasión de la citada campaña de Obama, que abusó de los recursos hasta el punto de colocar su publicidad en videojuegos, una encuesta realizada por la Universidad de Pensilvania concluía que un 86 % de los usuarios no quería recibir mensajes personalizados en cuentas privadas y un 70 % incluso se manifestaba contraria a recibirlos aún de aquellos candidatos a los que apoyaba, llegando a reducir su adhesión.
Sin duda, la web tiene recursos para ofrecer a los candidatos y tal vez el secreto sea no abusar de ellos o usarlos con precaución. La red puede llevarlos a la cima o transformarlos en un spam, un contacto bloqueado o una molestia.


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