El mundo como audiencia

Por Irene García García. Buenos Aires, Argentina

Internet crece no sólo como espacio de información y comunicación, sino también como espacio de cooperación e interacción enre usuarios. En estas cuatro características primigenias: información, comunicación, interacción y cooperación, las redes sociales ayudan a la práctica de la gestión cultural no sólo como una forma de difusión y promoción del arte y la cultura, sino también como espacio de encuentro entre los profesionales de la gestión cultural y el segmento al qe dirigiran ese patrimonio cultural.

Las redes sociales se basan en la teoría de los "Seis grados de separación". Según esta teoría, toda la gente del planeta está conectada a través de una cadena de conocidos de no más de seis personas. De esta forma, el número de contactos crece exponencialmente con el número de enlaces de la cadena. Sólo un pequeño número de enlaces son necesarios para que el conjunto de conocidos se convierta en la población humana entera.

Ahora debemos aplicar esta información en cuanto a creación artística. La actual velocidad de difusión que caracteriza a la 2.0 a hecho que la barrera que suponía la promoción para cualquier invididuo de su propia creación quede atrás. Cualquier persona puede ponerse hoy en día detrás de una cámara o de un pincel y minutos después ser no de los vídeos más vistos en Youtube. Esto no sólo le garantiza ese momento de gloria con el que todos sueñan alguna vez sino la idea de visualización instantánea global de su obra.

En cuanto a la modalidad de explotación podemos distiguir tres aspectos, la reproducción, la distribución y la comunicación pública. En muchas ocasiones esto puede verse como una difusión ilegítima de contenidos pero no olvidemos que Internet figura como un "gran almacén" dónde todos los contenidos quedan registrados y al alcance dela mano de los usuarios con plena libertad y sin limitación de reproductibilidad o expansión.

Vamos a centrarnos un poco en la herramienta Youtube. Normalmente se entienden los contenidos de Youtube con una mera función de entretenimiento. Además no olvidemos que se trata de un software de actualización continua, es decir, la alimentación que recibe el site es continua e ininterrumpida. El intercambio de material audiovisual se ha convertido en una herramienta publicitaria de tendencias o creadores que lanzan el producto o la obra directamente por este medio, convertido en espejo virtual de lo que está en el candelero.

Aquí debemos hacer un punto y aparte y hablar sobre la responsabilidad que el autor posee a la hora de difundir su obra. En cuanto a los contenidos que el creador desee integrar en la obra audiovisual, normalmente se encuentra bajo su exclusiva de responsabilidad la obtención de autorizaciones y licencias que sean necesarias para la legítima integración de tales contenidos tal sea el caso en el que desee incorporar creaciones que ya hayan sido registradas. Este punto tiene como objetivo principal el respeto de los derechos de propiedad de terceros y además poder evitarse dolores de cabeza ante una acusación de apropiación intelectual.

Para ejemplificar el importante uso de estos medios sociales en la difusión artística hemos recurrido a una reciente entrevista al escritor Gerardo Cárdenas publicaba recientemente en el diario El Informador.

"He conseguido atraer mas atención hacia mi libro recurriendo a Facebook, Twitter y promocionándolo en Amazon que a través de los canales tradicionales, que envían comunicados de prensa y el libro a los periodistas de la sección de cultura de los medios, así como a quienes reseñan libros".[...]""Seguiré utilizando las redes sociales para promover "

A partir de aquí podemos ver como no sólo ls creadores o autores anónimos se sirven de las redes sociales para compartir y promocionar sus obras. Los profesionales del ámbito también han sucumbido ante la nueva forma de publicidad dejando atrás las viejas trabas de la publicación. Todo esto hace que tanto principiantes como autores consagrados se encuentren bajo las mismas condiciones y llegue a producirse una forma de competitividad sana entre lo clásico y lo contemporéaneo, entre la creación bajo normas alejandrinas o la espontaneidad de un fotovídeo de Youtube. Más en http://ireport.cnn.com/docs/DOC-683106

Periodismo Digital. Guillermo E. López. UNQ