El dilema de Internet, ¿transforma o distorsiona?

ESCRITO: Laura Vega

El internet se ha convertido en una red global que representa el alcance informativo y emplea un entorno de comunicación entre individuos. Su popularidad va mucho más allá del territorio nacional, trascendiendo y facilitando la interacción entre grupos de personas de todo el mundo. Si bien Internet acentúa sus orígenes en los años 60, la web remonta su explosión en el año 1989 por Tim Berners-Lee, quien permitió la creación de páginas web y navegadores, lo que hizo que Internet fuera mucho más fácil de usar y accesible para el público en general. Desde la fecha, niños y adultos se han conectado, creando grandes controversias en torno a las perspectivas científicas que realizan análisis críticos de las repercusiones en la sociedad.

En la actualidad, resulta difícil imaginar una vida sin Internet, por lo que es fundamental indagar en los antecedentes que hasta la fecha se evidencian en los seres humanos, y la manipulación de información que se emplea de acuerdo a los intereses individuales que promueven las distintas empresas encargadas de la digitalización como medio alternativo. Diversos estudios han demostrado que las redes sociales producen sedentarismo y reducen el rendimiento escolar, además de ser una gigantesca red que se convierte en la hegemonía de la información inyectada o aguja hipodérmica, donde el receptor recibe directamente un mensaje intencionado.

De acuerdo con Antonio Moreno Llamas, Jesús García Mayor y Ernesto De la Cruz Sánchez, investigadores de la Universidad de Murcia (UMU), quienes han estudiado los efectos colaterales del proceso de digitalización que está sufriendo la sociedad, “En la actualidad tenemos muchas tareas a “solo un clic de distancia”, algo que ha reducido lo que se conoce como “actividad física ligera”. Hemos perdido los desplazamientos que antes incluíamos en tareas cotidianas como hacer la compra o ir al banco a realizar cualquier tipo de transacción”. 

Sostienen que "La práctica de actividad física o deporte algunas veces a la semana, de forma puntual, puede no ser suficiente para prevenir a largo plazo la aparición de algunos problemas de salud. Hay que moverse todos los días, de forma frecuente, desplazarse de forma activa y pasar poco tiempo sentados para mantener la funcionalidad" esto de acuerdo a los resultados de 28 países miembros de la Unión Europea (UE) los cuales apuntan a una relación directamente proporcional entre la digitalización del país y las horas que su población pasa sentada, resaltando la importancia de seguir una dieta saludable que permita mantener el equilibrio entre ingesta de alimentos y gastos calóricos.

No obstante, este artículo pretende analizar las repercusiones que ocasiona la red desde una mirada más objetiva al público que consume las distintas plataformas, centrando su enfoque en el impacto positivo que se puede destacar para el aprovechamiento y el buen uso de esta gran fuente de información, por lo que resulta fundamental resaltar la labor en torno al análisis crítico de Nicholas Carr en su libro superficiales, quien debido a su larga trayectoria y amplia experiencia académica ha publicado varios artículos sobre tecnología, negocios y cultura. 

Nicholas Carr define la internet en su libro con fragmentos que resultan polémicos, como principal argumento analiza los efectos perjudiciales que esta plataforma provoca en el procesamiento de la información, y lo cataloga como un evento que está cambiando el funcionamiento del cerebro humano y la forma en que este se desarrolla, dificultando de esta manera la capacidad de pensamiento e incrementando el déficit de atención debido a las constantes distracciones y links alternativos que esta web contiene, hasta el punto de ocasionar la perdida de la capacidad de concentración y retención de información, impidiendo que a medida que pasa el tiempo, los individuos puedan realizar actividades cotidianas como leer un libro, esto debido a la inmediatez y mensajes cortos a los que se acostumbra en las redes sociales y de los cuales se han vuelto dependientes. 


Somos más inteligentes

Sin embargo, Internet ha sido un regalo para escritores, investigadores, científicos, docentes, periodistas y múltiples profesiones que se benefician del mundo informativo al que pueden acceder en cuestión de minutos, por lo que estas plataformas fomentan el rastreo, pero a su vez, erosiona la capacidad de pensar de forma autónoma y profunda. 

Por su parte, "Jon Martin Sundet al examinar los datos noruegos de los test de inteligencia entre 1950 y 2002, descubrió que el crecimiento del coeficiente intelectual se había estancado. El Efecto Flynn el cual plantea la subida continua, año por año, de las puntuaciones de cociente intelectual, tuvo un "frenazo" en la mayor parte del mundo, empezó a confirmarse en territorios como Reino Unido, Dinamarca, Australia o Islandia; y, de hecho, los últimos estudios noruegos no solo abundaron en la idea, sino que empezaron a señalar que, más allá del estancamiento, los resultados estaban empezando a ser peores" según lo expresado en el diario Química.E.S.

De acuerdo a lo anterior, hay evidencias que afirman que los jóvenes de esta generación tendrán un CI más bajo que el de sus padres. Sin embargo, la esperanza del ser humano es infinita y todo puede ser, pues la inteligencia no es constante a lo largo de la vida y esta puede aumentar o disminuir de manera significativa a lo largo de la adultez. Si bien el coeficiente intelectual ha disminuido, no se puede culpar directamente a las plataformas digitales, como la ejecución del problema, pues este radica en la incapacidad de identificar las acciones que llevan a que este hecho suceda. 

Pese a lo anterior, el ministerio de educación de Suecia propuso una reciente disposición en la que se frena la inversión de pantallas digitales y vuelven los libros a las aulas. “El Gobierno sueco anunció que destinará 685 millones de coronas (60 millones de euros) este año y 500 millones (44 millones de euros) anuales en 2024 y 2025, para acelerar la vuelta de los libros a las aulas. El objetivo oficial es garantizar para cada estudiante un libro por asignatura, en un país con 10 millones de habitantes. Esto forma parte del regreso de la lectura a la escuela, en detrimento del tiempo de pantalla”, dijo la ministra de Escuelas, Lotta Edholm para el medio digital Infobae.


Dicho de otra manera, detrás de toda la retórica que gira en torno al doctor en neurociencia y director de investigación en el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia, el señor Michel Desmurget, encontramos una llamada a la reflexión, para poder identificar la raíz de la problemática, pues es posible afirmar que las nuevas tecnologías no están volviendo más tonta a la sociedad, sino que tenemos que aprender a emplearla de acuerdo a nuestros intereses individuales y los de la sociedad en su conjunto, pero de la forma correcta. Ese puede considerarse como el problema, y en eso Desmurget tiene razón, es mucho más fácil decirlo que hacerlo. 

En definitiva, en este punto conviene traer a colisión las diferencias claras en las que enfatiza Nicholas Carr, las mismas que sitúan este artículo en una reflexión precisa: "Cuando llegó internet, todo el mundo pensó que nos íbamos a volver más inteligentes, pero no podemos confundir el acceso a la información con tener inteligencia". Es así como la web se convierte en el uso autónomo del individuo, enfocando sus desventajas y beneficios en la buena utilización que por medio de la correcta y consiente educación los seres humanos emplean.


Fuentes









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