En Argentina, el humor como herramienta de comunicación apareció en las publicaciones gráficas de la segunda mitad del siglo XIX. "El Mosquito" (1863) o "Caras y Caretas" (1898) son los irreverentes ejemplos de aquella época. Por estos días, EAMEO se apodera de las nuevas pantallas y marca el ritmo de este tipo de humor.
Eameo (2014) - Caras y Caretas (1898-1941) - Alegría (2016) - Humor (1978-1999) - El Mosquito (1863-1893) - Gaturro (1993) |
Dos de los diez integrantes de este colectivo digital brindaron una charla en el auditorio de la UNQ en el marco de la Feria del Libro y la Revista que organiza la casa de altos estudios. "Pikachu" y "Romualdo" (utilizan seudónimos para conservar su anonimato y privacidad) contaron cómo es el proceso de creación y cómo expresan sus posturas respecto a determinadas problemáticas sociales y culturales a partir de imágenes editadas.
"No nos consideramos periodistas, pero si muchas veces somos funcionales al periodismo, y viceversa", cuentan los creadores de la cuenta.
Eameo apareció en 2014 y cosechó más de un millón de seguidores en dos años |
Las fotos digitalmente retocadas de EAMEO son furor absoluto en Facebook y Twitter. Muestran a los personajes sobresalientes de la política, el deporte, el periodismo o la farándula en situaciones absurdas y divertidas. Recurren, además, a un código de identificación con el receptor, más o menos amplio según el caso: películas, libros, videojuegos y hasta parecidos muy bien encontrados pueden ser protagonistas disimulados de sus imágenes.
Así como Domingo Faustino Sarmiento era una de las víctimas predilectas de "El Mosquito" de 1870, Julio Argentino Roca solía ser parodiado por "Caras y Caretas" o Carlos Menem fue reiteradamente satirizado en los años 90 por "Humor Registrado", Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner son dos de los clásicos apuntados por esta nueva expresión humorística.
Nos modernizamos, nos actualizamos, nos digitalizamos. Cambiamos el papel por la pantalla táctil y el lápiz de dibujo por el programa de edición. Sin embargo, hay cosas que nunca cambian. El ingenioso desafío al poder de turno alegró, alegra y alegrará a generaciones y generaciones de argentinos. De este lado, mientras tanto, debemos mantener la sana voluntad de buscar la risa, incluso detrás de los temas más serios.
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