Las protestas en Wall Street se extienden a más de 80 países


La manifestación en contra de la crisis económica y los modos financieros actuales adquiere dimensión mundial, tras que el 15 del corriente mes, miles de personas salieran a las calles en ciudades de toda Europa, Estados Unidos y hasta nuestro país.

Por Ignacio Olguín.



Entre el sábado 15 y domingo 16 de Octubre se realizaron manifestaciones en cerca de 950 ciudades a lo largo de 82 países como respuesta a la campaña del movimiento “Ocuppy Wall Street” (Ocupemos Wall Street) para alcanzar dimensión global.

Las protestas, que tienen su inmediato antecedente en las marchas de los “indignados” madrileños a Puerta del Sol de este mismo año, son una reacción frente a la recesión económica y ponen en su mira a la falta de empleo que asola a la juventud así como la inequidad económica (bajo el slogan “Somos el 99%” hacen notar la concentración de la riqueza en tan sólo el 1% de la población) y el corporativismo inescrupuloso, acusado de la decadencia del modelo capitalista.

En Londres se realizó una intervención en el corazón de la City, uno de los principales distritos financieros de Europa, y los campamentos -que aún hoy se mantienen- ocasionaron el cierre de atractivos turísticos como la Catedral de Saint Paul. Hechos similares ocurrieron en Frankfurt, Alemania, donde cientos de personas se instalaron frente a la sede del Banco Central Europeo.

Sin embargo, toda la atención terminó siendo acaparada por Italia. En un primer lugar, porque fue donde más éxito tuvo la convocatoria: cerca de 200 mil personas (según estimativos de los medios de prensa) marcharon pacíficamente por las calles de Roma exigiendo reformas al gobierno del Primer Ministro Silvio Berlusconi. Y en un segundo lugar, porque al llegar a la Plaza de San Giovanni grupos de jóvenes radicalizados degeneraron la manifestación al incendiar coches y enfrentarse con la policía. El saldo de las corridas y escaramuzas -que duraron toda la noche- fue de un centenar de heridos junto a varios destrozos e incendios, recordando los disturbios ingleses de Agosto de este año.

Aunque algunos critican a los manifestantes por su desorganización, desinformación y carencia de objetivos concretos, otros ven en ellos una señal del renacimiento de la cultura política participativa así cómo la posibilidad de instaurar en el debate mediático temas importantes que pasarían desapercibidos de otro modo.

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Periodismo Digital. Guillermo E. López. UNQ.
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