Punto y final al terrorismo.
Agur, ETA
ETA anunció el pasado jueves el fin a 43 años de terrorismo con 829 víctimas mortales. La banda anunció a las siete de la tarde a través de un comunicado, escrito y en vídeo, que difundió en las ediciones digitales de los diarios Gara y Berria el "cese definitivo de la actividad armada" sin poner condiciones.
Por Irene García García
El presidente del Gobierno, José Luíz Rodríguez Zapatero, le dió rango histórico al final de ETA. Le siguió al paso el ex ministro del Interior y candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, En una breve intervención en La Moncloa, Zapatero, en tono emotivo, atribuyó el final de ETA al esfuerzo de todos los gobiernos democráticos, a las Fuerzas de Seguridad, a la colaboración internacional,especialmente la francesa, a la unidad de los partidos y a la sociedad española, con un recuerdo especial para las 829 víctimas de ETA en estos 43 años.
El comunicado, leído por tres encapuchados, se limita a pedir "un diálogo directo" con el Gobierno para resolver las "consecuencias del conflicto", esto es, la situación de presos y los etarras que viven en la clandestinidad, y superar lo que llama "la confrontación armada".
Con este comunicado, difundido a un mes exacto de las elecciones del 20-N, responde a la petición que el pasado lunes le hicieron seis personalidades internacionales en una conferencia en San Sebastián y el martes, la izquierda abertzale
El comunicado que leyó ETA el jueves fue consecuencia de otro que el lunes leyeron en San Sebastián, las personalidades internacionales. Este texto reclamaba a ETA el cese definitivo de la lucha armada y la violencia a cambio de medidas favorables para sus presos. Además se limitaba a sugerir algunas iniciativas políticas, como una mesa de partidos y la celebración de una consulta. Fue el líder del Grupo Internacional de Contacto, Brian Currin, experto sudafricano en la resolución de conflictos, y uno de los organizadores del evento el que redactó el texto, tras consultar con la izquierda abertzale y Paul Ríos, del movimiento social vasco Lokarri, también organizador del evento.
Los asesinatos de la banda terrorista han sumido en el desconsuelo a miles de familiares. condenados a crecer con la ausencia de alguno de sus seres queridos, a los que nunca volverían a ver vivos después de un día fatídico en que salieron de sus casas, y violaron, en fin, el elemental derecho, no ya de cualquier ciudadano, sino de cualquier ser humano, a una vida cotidiana y sin miedo.
El más trágico problema que ha padecido la democracia española ha desaparecido, no porque haya llegado la paz, sino porque una secta de fanáticos ha desistido cuando esperaban que fuera la democracia española la que se rindiera. Es la más poderosa razón para el orgullo, pero también para el recuerdo y el duelo por tantos ciudadanos que hoy no pueden contarse entre los que forman un país que puede y quiere enfrentarse a sus muchas dificultades, a sus fantasmas y nuevos retos, sabiendo que la discrepancia no se volverá a pagar con una vida.
Periodismo Digital. Guillermo E. López. UNQ
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