Por Agustina Wroblewski
La industria de la belleza ha estado en constante evolución desde sus orígenes en la Edad Antigua (aunque no consolidada) hasta la actualidad. Hubo un gran período de tiempo donde estos consumos estuvieron asociados en su mayoría, a las mujeres.
El mundo de la belleza hace décadas ha dejado de ser un asunto exclusivamente de mujeres para extenderse sin prejuicios a toda persona. En Argentina, a pesar de las subas de precios y los diferentes hábitos que se han ido modificando, el consumo en productos de belleza es una variable en crecimiento constante, tanto en mujeres como hombres. El país es líder en la región en consumos de algunos productos como perfumes, cremas o productos para el cabello.
Argentina es el segundo mercado de cosméticos de hispanoamérica, con 22%, detrás de México que con mayor cantidad de habitantes, apenas alcanza el 30%. La industria cosmética local genera flujos de $25.000 millones al año aproximadamente.
Los y las argentinas gastan una gran cantidad de dinero en perfumes y fragancias: un rasgo interesante de esto es que muchos son considerados artículos de lujo, las marcas más sofisticadas y con reconocimiento internacional. Otro rubro que se impone fuerte en esta industria es el de los productos para el cuidado de la piel, como cremas y geles.
Además, un factor fundamental en este tipo de consumos es Internet: la mayoría de los consumidores busca asesoramiento o información en la web antes de comprar un producto. La mayoría de las búsquedas son en Google, pero Youtube no se queda atrás con la búsqueda de tutoriales, tips, mitos y recomendaciones.
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