Cuando hablamos de censura, automáticamente tendemos a pensar en regímenes no democráticos como Corea del Norte, China, Irán o Turquía, pero ¿acaso la única forma de censura es la explícita? ¿Está occidente completamente liberado del fantasma de la manipulación de contenidos?
Recientemente, Infobae publicó una noticia
en la que revelaba que Facebook está ocultando información a los usuarios según
su orientación política y sus movimientos a través de la red. Esto ya es, de
facto, una forma de censura, pero no la única que se ejerce en la red de Mark
Zuckerberg pues, la censura artística y la del cuerpo humano (que, a su vez
tiene un claro sesgo de género) están presentes en la plataforma.
Así pues, Facebook ha resultado ser uno de los mayores censores de la
historia; una versión moderna y remasterizada que, si bien no adopta la forma
humana de los censores de antaño, actúa como si lo hiciera, a veces, de un modo
más estricto. Tal es el caso del perfil de un profesor francés que cerró
Facebook en 2011 por publicar una foto del cuadro del “Origen del Mundo” de Courbet;
caso que marcó el “pistoletazo de salida” de un largo litigio en el que
Facebook trataba de escudarse en que los tribunales franceses no podían juzgarles
porque su sede está en California.
“El Origen del Mundo” (Coubert, 1886). Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/3f/Origin-of-the-World.jpg/1920px-Origin-of-the-World.jpg
Otra de las víctimas de la censura de dicha red social fue la escultura
paleolítica de la Venus
de Willendorf, una pieza de 30.000 años de antigüedad que ha sido
eliminada hasta cuatro veces por ser “inapropiada”, según denunció Laura
Ghianda.
“Venus de Willendorf” (28.000 y 25.000 a. C.). Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/3f/Origin-of-the-World.jpg/1920px-Origin-of-the-World.jpg
Y es que las normas
de la comunidad de Facebook establecen que no está permitido
publicar pezones o desnudos; aunque hace un tiempo permitieron mostrar
cicatrices de masectomías, mujeres dando el pecho y pinturas y esculturas. Sin
embargo, el algoritmo, como vemos, parece no cumplir su función.
Ahora bien, esta visión purista que tiene la red social ya ha sido harto
criticada no solo por usuarios individuales sino por organizaciones como
Tourism Flandes, a propósito de la censura del cuadro del “Descendimiento de
Cristo” de Rubens. Es por esto que la organización lanzó una campaña en la que
criticaban la censura
por parte de las redes sociales . No obstante, resulta paradójico el
hecho de que en Facebook los usuarios puedan postear contenido violento,
desagradable, morboso y potencialmente dañino sin tener ningún tipo de
penalización; mientras que un simple pecho femenino o un desnudo son
perseguidos como si de algo antinatural se tratase, contribuyéndose así a
fomentar el tabú que rodea al cuerpo humano y a la sexualidad.
En todo caso, hablar de censura supone hablar de nuestra historia más
antigua, como es el caso de la persecución de la filosofía, la poesía, la
sátira y la caricatura, en tiempos de la antigua Grecia, a propósito de la
promulgación de la constitución de Licurgo (800 a.C – 730 a.C), en aras de
evitar la “contaminación” de la población; o la época de Qin Shi Huangdi (221
a. C), primer emperador de China, cuando se buscó unificar todas las corrientes
de pensamiento y orientaciones políticas, a través de la quema de libros y de
la masacre de cientos de intelectuales que, bien fueron ejecutados, bien fueron
enterrados vivos.
El problema está en que, a menudo damos por hecho que vivir en occidente en
el siglo XXI es sinónimo de libertad plena, siendo precisamente esta la razón
por la cual bajamos la guardia y no nos damos cuenta de hasta qué punto estamos
expuestos a la manipulación de determinados grupos de poder y hegemónicas
empresas que rayan el monopolio, como Google o Facebook.
En definitiva, el puritanismo de redes sociales como la que hoy nombramos
no solo supone la violación de un derecho humano, como es la libertad de
expresión (art. 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos), sino
que, además, supone un agravante para el proceso de naturalización del cuerpo
humano tal y como es y de la sexualidad misma. Y es precisamente esta la razón
por la cual toda la comunidad internauta debería sumarse a la lucha contra la
censura que las redes sociales libran a diario contra este tipo de
contenidos.
0 comentarios:
Publicar un comentario