Las IA: El nuevo paradigma del arte


Lo relacionado con el arte siempre ha tenido dilemas, opiniones y expresiones que permiten que nos identifiquemos con alguna obra, artista o tema en especial. Las disciplinas se van especializando, cada vez son más amplias y, con el paso del tiempo, más complejas. 

Los avances tecnológicos significan una gran oportunidad de desarrollo para muchos y para otros un escenario lleno de polémicas e incluso, en casos más extremos, una amenaza. ¿Realmente peligra el trabajo del artista con la llegada de las IA?

Pintura, escultura y música

Dentro de las diversas formas del arte, hay tres que me parece pertinente ocupar como punto de partida. La pintura, escultura y la música forman parte de las disciplinas con las que más nos relacionamos o que vienen como primera impresión al pensar en arte. 

¿A quién se enfrenta la pintura?

Una de las disciplinas más desafiadas a lo largo de los años es la pintura. La pintura desde finales del siglo XIX, se vio sorprendida (una de las tantas veces).  Protagonizó una disputa en el terreno de las artes visuales con la aparición de la cámara fotográfica. 

No significa que otras áreas no se hayan visto amenazadas por la aparición de avances tecnológicos. Pero la fotografía puso en aprietos a la pintura, que a través de las vanguardias del siglo XX fue encontrando variables que le permitieron reinventarse y mantenerse. 

No se diga cuando apareció el cine, pero cuando todo parecía entrar en comunión, los avances tecnológicos han traído desarrollos de inteligencia artificial que generan imágenes a través de descripción, comandos o relación de elementos. Algunas plataformas dedicadas a la construcción de imágenes empleando la inteligencia artificial hacen referencia a pintores famosos. Como Dall-E o Da Vinci.

Basta con describir una imagen, técnica y elementos que la componen para que en cuestión de segundos nos genere una variedad de imágenes bastante imponentes. Y así, como hojas en otoño, caen pero obras visuales. 

¿A quien se enfrenta la escultura?

Otra área es la escultura, esta es una de las disciplinas artísticas que generan más impacto, probablemente por las dimensiones, el uso de materiales, técnicas y, sobre todo, los detalles. Además, el dominio técnico parece sorprender aún más al reconocer el material. Pensar en la escultura seguramente te remonta a las estatuas que aparecen en las grandes avenidas de tu ciudad, a plazas importantes, personajes históricos o religiosos. ¿Recuerdas la escultura de Cristiano Ronaldo, develada en 2017? Volvamos al tema. La escultura requiere de un proceso intelectual, artístico y técnico sobresaliente. Las Esfinges de Giza, el David o Laocoonte y sus hijos, de Miguel Ángel o el monolito de Tláloc son obras hechas por personas especializadas en ello. 

 Actualmente, las impresoras 3D  a través de la automatización pueden replicar una gran cantidad de figuras, que si bien no son igual a una escultura detallada, muestran un serio contrincante a la hora esculpir determinados materiales. Y ocupar el rol de escultores que, viéndolo desde el plano mercantil y la dinámica global, funciona más a la hora de esculpir algún material. 

Las impresoras 3D no solo se limitan a impresiones de pequeña escala, en los últimos años se ha impulsado su crecimiento y actualmente, pueden imprimir figuras a gran escala en concreto.  

¿A quien se enfrenta la música?

La música, por otro lado, ha ido implementando desarrollos tecnológicos que han dado como resultado nuevos tipos de instrumentos y nuevos métodos a la hora de detallar o editar la música grabada. Si bien, gracias a esto se logró la transición de la grabación analógica a  la grabación de audio digital. La industria no deja de ser industria y ha llevado la síntesis de procesos a niveles sorprendentes. 

El problema con este tipo de tecnología es que comienzan a trabajar como editores automáticos y se perfilan más a la perfección algorítmica que a la interpretación artística. El procesamiento digital de audio ha dado como resultado motores de inteligencia artificial que generan voz, audio y además lo modifican de manera que se pueda generar cualquier tipo de contenido sonoro.

No es extraño ver personas orquesta hoy en día, y me refiero a una sola persona operando múltiples aparatos, que sí tiene su complejidad técnica y teórica, pero que a final de cuentas cumplen más la función operacional. Esto no significa que la formación musical de la persona no tenga peso o la calidad de interpretación, pero con el tiempo cada vez más va quedando de lado. 


¿La inteligencia artificial aplicada en el arte ha venido a tomar el lugar del artista?


Declarar a la Inteligencia Artificial como sucesor del artista no parece descabellado, tomando en cuenta el resultado final.  Theodor Adorno, Walter Benjamin o Schelling apuestan por el papel del arte desde la perspectiva social. Es decir, ellos piensan que el arte cumple una función dentro de la sociedad y que muchas de las obras producidas, vienen con la carga social, cultural, personal e histórica del artista. 


Así es, un artista no solo produce a partir de la “inspiración”, un artista se constituye de lo que observa, vive, padece y hereda del entorno. Por lo tanto, sus obras no se alejan tanto de lo que pasa en determinado momento, no se abstrae del todo. Entonces, podríamos decir que la inteligencia artificial tiene una interacción en el mundo digital con lo que consumimos como usuarios (que no es mínimo). 


Es cierto que los avances tecnológicos también se aplican para mejorar algunos aspectos, en el lado de la pintura, probablemente ha permitido que la animación forme parte de la innovación del dibujo y la pintura. En cuanto a las impresoras 3D puede que se apueste por áreas que no precisamente son artísticas y repercuten en ella. En cuanto a la música, muchas aplicaciones se han desarrollado para poner al alcance de muchas personas, distintos métodos de aprendizaje.


En defensa de lo que considero, aún puede defender el arte, lo que aún mantiene el impulso del artista es la imperfección que lo rodea, lo que aún nos permite tener una conexión humana, es decir algo sensible, con el entorno. La realidad que constituye al artista, más que golpes de inspiración, son golpes de interpretación. Sea de manera positiva o negativa, la recepción del entorno todavía está dividida por una frontera cada vez más debilitada.  

Apunte final

Entonces, la pintura enfrenta el dilema de las IA generadoras de imágenes, la escultura, la automatización de impresoras 3D y la música, los editores y replicadores de audio. El arte en general se encuentra en un dilema de la época. Para una sociedad digital, arte digital. ¿Y la inteligencia artificial para el artista artificial? 


Considero que la Inteligencia Artificial es una herramienta. Y como herramienta impulsada por el desarrollo tecnológico el ser humano desempeña el papel de operador. Por la precisión de la misma, aparentemente hace todo mejor. Pero lejos de ser una enemiga, puede ser vista como un recurso para potenciar las habilidades artísticas, tiene aspectos  positivos que pueden emplearse como recurso. Pero claro  vista de cerca y siempre bajo la supervisión de un artista.


0 comentarios:

Publicar un comentario