La vida es un semáforo

 

La vida es un semáforo, por Natalia Hernández.

En Buenos Aires hay más de 5000 intersecciones semaforizadas. Es una de las ciudades con más semáforos por superficie del mundo. En general, los semáforos tienen ciclos que van desde unos pocos segundos hasta varios minutos. Como las personas. Cada uno de nosotros maneja su tiempo, su propio reloj.  El semáforo se compone por tres colores, rojo (detenerse), amarillo (precaución), verde (avanzar).

 Si comparo esta metáfora con la vida, puedo llegar a la conclusión, de que todos manejamos tiempos distintos.  A diferencia del semáforo, si tardamos un poco más del tiempo que se indica comienzan los conflictos.

 De jóvenes nuestros padres nos inculcan no equivocarnos, a seguir lo social o políticamente correcto. Pareciera como si repitiéramos patrones, conductas, hábitos… así como el semáforo repite sus colores.

 Ir al jardín luego al colegio primario, terminar el secundario, conseguir el bachillerato y si tenes mucha suerte tener algún título de algo para poder trabajar. Conseguir una buena pareja, casarte, tener hijos, ser buena madre, buena esposa, buena amiga, buena en todo. Tener nietos y malcriarlos. Llegar a ser ancianos y esperar a la parca que nos atrape, a veces en nuestro hogar, otras con gente que ni conocemos.

 Llegó un punto en mi vida, en el que constantemente reitero en mi mente la misma pregunta,  ¿Qué está bien?, ¿Qué está bien cuando estás mal?, ¿Qué pasa si no estoy preparada en 60 segundos para avanzar?, ¿Si no quiero respetar en mí vida el orden del semáforo?, ¿Si lo que estoy haciendo no me gusta?, ¿Si me equivoco?

Surgen muchas preguntas, aún no tengo la información necesaria para encontrar respuestas. Siento que todas las personas somos un semáforo, mal o bien abordamos esos tres colores en el lapso de la vida. Todos en algún punto atravesamos el verde, amarillo y rojo.

Mi nombre es Natalia Hernández voy a compartir la transición de estos tres colores, que componen mi semáforo. Destacando un tema muy importante y aun tabú como la salud mental.

En cuanto al concepto de salud mental, se entiende a la misma no sólo como la ausencia de síntomas, sino también como la experiencia de bienestar psicológico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió a la salud como el estado de bienestar físico, psíquico y social y no la mera ausencia de enfermedad o minusvalía. De este modo, la Psicología Positiva permite ampliar la mirada sobre la salud mental, y así es posible hablar de “Salud Mental Positiva”. El postulado básico de esta perspectiva es: "salud es igual a algo más que ausencia de enfermedad", permitiendo trabajar en la curación, la prevención y la promoción. Esta nueva mirada concibe a la salud mental como el estado de funcionamiento óptimo de la persona a través de la promoción de las cualidades del ser humano y de su máximo desarrollo potencial.

Según Cuadernos de Psicología y Psicopedagogía las relaciones positivas, las relaciones sociales constituyen el fundamento de la condición humana. Así, las personas nacen en el seno de relaciones, viven atravesados por éstas y hasta después de la muerte las mismas sobreviven, incorporadas en el entramado social. Estos vínculos pueden ser fuente de disfrute para los individuos, pero también pueden contribuir al malestar y al sufrimiento. Las relaciones positivas tienen un papel fundamental en el logro del bienestar. Se considera que las relaciones sociales pueden ser la fuente más importante de satisfacción con la vida y de bienestar en las personas.

Te invito a que escuches el nuevo episodio del podcast Curita al bobo, utilizando la metafora de la vida es un semaforo, representando cada color como el proceso que fui atravezando.


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