Héroes de carne y hueso - Bomberos Voluntarios de Bernal


“Yo entré acá a los 13 años, entré para ver que era ser bombero, porque vivía aquí cerca y escuché la sirena, y pasaron 33 años y todavía estoy averiguando que es ser bombero”, nos comenta el Oficial 1° Omar Palazzo.

La Asociación Bomberos Voluntarios de Bernal, fue creada el 6 de marzo de 1914, por los vecinos que se habían retirado del cuerpo de Bomberos de Quilmes, actualmente se encuentra en la Avenida Dardo Rocha 270 de Bernal Oeste y cuenta con 120 hombres y dos destacamentos.  

Cuando escuchamos la palabra bombero, casi siempre, por lo regular, lo relacionamos con incendios, pero el trabajo de ellos va más allá. “Todo lo que se te pueda ocurrir, lo más insólito, podemos llegar a apagar incendios, o ayudar en accidentes, levantar una persona debajo de un domicilio, arrancar una puerta, bajar un gatito de un árbol, todo lo insólito los bomberos lo cubren, hasta ayudar en el trabajo de parto, vamos hacia donde las personas nos piden ayuda”, agrega Omar Palazzo. 

Para pertenecer al cuerpo de bomberos, debes primero tener la voluntad y las ganas, ser parte de los cadetes a partir de los 13 años, después ser aspirantes y jurar a la bandera a los 18 años; es a partir de esa edad que puedes participar en cada una de las intervenciones. Cumplir con 40 horas al mes, por lo menos, y además trabajar o estudiar, siempre tener algo en lo que te desarrolles, porque de ser bombero voluntario no vives. Es por eso que podemos encontrar policías, oficinistas, cualquier ocupación. Aquí lo que mueve es la pasión y las ganas de servir a la sociedad sin recibir nada a cambio. 

Ser Bombero Voluntario, no es un trabajo, no es llegar 8 horas a laborar y retirarte hasta el día siguiente sin importarte nada, es un estilo de vida, es una familia en la que se apoyan, en la que no importa si estás descansando, si te necesitan a las tres de la mañana, acudes al cuartel a las tres de la mañana para salvar la vida de otros. 


Y la Bombero Sofía Doval lo expresa: “Ser bombero voluntario es una responsabilidad, tienes un montón de cosas que cumplir, responsabilidades con tu familia, con tus amigos, aquí se pasa mucho tiempo, hay personas que tienen hijos, pareja, todos tenemos otras actividades que hacer, es un estilo de vida, porque quien es bombero voluntario deja de hacer un montón de otras cosas. Nosotros trabajamos, cumplimos en nuestros hogares, vamos al cuartel”.

Para poder lograr cada una de las intervenciones, reciben capacitaciones todos los días miércoles, así como cursos internos y externos y después pueden especializarse: rescate en altura, riesgo eléctrico u otras más. No es simplemente el hecho de querer, sino que tienen que estudiar, para que sepan cómo reaccionar en cada una de las situaciones. 

Todo comienza con un llamado, se emite una pre-alarma interna para el personal que se encuentra adentro, en cuestión de segundos se empiezan a cambiar, ponerse lo estructural, la ropa de incendio, y se alistan para salir; dependiendo de la situación, se eligen a las personas, los carros y las herramientas necesarias para poder cumplir con la labor. 

“Escuchar la sirena es demasiada adrenalina, cuando vas en el camión. Por más que salgas a millones de accidentes, todos van a ser diferentes. Te vas a encontrar con una situación diferente siempre, la cual tienes que afrontar. Una incertidumbre, no sabes lo que es hasta llegar”, nos cuenta el cabo Capizzano Marcos, mientras su rostro refleja esa misma incertidumbre de la que nos habla. 

Como sociedad debemos valorar cada una de los sacrificios, no cualquier persona está dispuesta a dejar a su familia, amigos, sus comodidades para entrar en un lugar donde no hay horarios, donde en lugar de recibir das todo lo que posees y eres. 

Existen miles de anécdotas, que nunca se borrarán de la mente. Y son precisamente esas las que hacen y motivan a cada uno de ellos a seguir adelante para servir a todo el que lo necesita. 

El Oficial 1°, Omar Palazzo recuerda con mucha emoción cada una de ellas, y nos las cuenta mientras se le esboza una sonrisa y sus ojos se llenan de brillo y lágrimas. “Han llamado embarazadas, que están con dolor abdominal y llegas y están en trabajo de parto y asistimos el parto en el domicilio. Luego te llaman, le ponen tu nombre. A la mamá de uno de los bomberos yo la ayudé en su parto, dieciocho años después me encuentro a su hijo en el cuartel y es una emoción única, ahora a él le toca servir y regresar a otra persona lo que yo hice por él”. 

Hemos visto y conocido muchos héroes de historieta, y quizás, hasta deseamos ser como ellos. Pero si nos ponemos unos minutos a observar a nuestro alrededor, encontraremos héroes que realmente se merecen nuestra admiración, héroes de carne y hueso.

Conoce la Asociación Bomberos Voluntarios de Bernal.

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